17.11.10

LA MEMORIA

La memoria es la función cognitiva más solicitada en la mayoría de nuestros actos. Interviene para registrar o recordar informaciones tan diversas como un número de teléfono, lo que hemos hecho el fin de semana, un encuentro, dónde hemos dejado las llaves, el nombre de un determinado objeto o de una persona que nos presentaron recientemente, un dato histórico famoso...
Igualmente, participa de modo fundamental en otras actividades cognitivas, como la lectura, el razonamiento, el cálculo mental, la creación de imágenes mentales... En consecuencia, se encuentra en todo momento activa, voluntariamente o no, y nos permite crear un stock de conocimientos culturales, recuerdos personales, actuaciones, etc.
La memoria constituye el pasado de cada uno o, más bien, el conocimiento de sí mismo, y permite que cada individuo posea una identidad.
  • Tipos de memoria
  • Pérdidas de memoria
  • Cómo memorizar mejor

Otros tipos de memoria

No poseemos una sola memoria, aunque ciertamente tendemos a considerar la memoria como un todo, diciendo que tenemos, de forma global, UNA buena o mala memoria o utilizando frases del tipo: "Me falla LA memoria".
En efecto, acordarse de lo que uno ha comido el día anterior es muy distinto de recordar que la capital de Francia es París. Por otra parte, las investigaciones demuestran que intervienen distintas regiones del cerebre según del tipo de conocimientos que hay que memorizar o recordar.
Existen diferentes memorias según la duración del recuerdo :
  • La memoria sensorial :
    Capta toda nueva información durante solo algunos centenares de milésimas de segundo.
  • La memoria a corto plazo, llamada también memoria de trabajo :
    Toma el relevo a la anterior, conservando la información durante más o menos un minuto. Su capacidad es igualmente limitada en cantidad, y permite registrar alrededor de siete elementos. Permite, por ejemplo, retener un número de teléfono dado de viva voz, durante el tiempo de marcarlo o de escribirlo. Interviene también en la lectura, permitiendo retener la frase que acabamos de leer, de modo que la siguiente resulte coherente.
  • La memoria a largo plazo :
    Interviene cuando se desea retener por más tiempo una información. Esta memoria tiene una capacidad y una duración de conservación de la información ilimitadas.
Existen también otras memorias a largo plazo según el tipo de recuerdo: :
  • La memoria episódica :
    Permite recordar lo que hemos hecho el día anterior, la visita al dentista o la velada en casa de un amigo. Es decir, con ella se recuerdan acontecimientos que constituyen recuerdos personales, autobiográficos, en los que el contexto de memorización es muy relevante.
  • La memoria semántica :
    Agrupa los conocimientos relativos a las reglas gramaticales, sentidos de las palabras, hechos culturales, nombres de ciudades o de objetos, etc., que constituyen conocimientos generales, sin relación con el contexto de memorización. No recordamos el momento preciso en que aprendimos esas informaciones.
  • La memoria procedimental :
    Se refiere a los conocimientos difíciles de comunicar de manera explícita. Son todas nuestras habilidades, como tocar el piano, ir en bicicleta, conducir, abrocharnos la ropa... Son actos que realizamos de manera automática, pero que necesitan la implicación de conocimientos almacenados en la memoria. Estos conocimientos son, por ejemplo, saber que una determinada posición de las manos sobre el piano permitirá tocar un acorde concreto, o que tal maniobra con el coche permitirá girar a la izquierda.

Las pérdidas de memoria :

La memoria tiene un importante papel en la vida cotidiana del ser humano, por ello se comprende muy bien que los problemas de memoria puedan verse como un obstáculo e incluso ser fuente de estrés.
Por otra parte, quejarse del funcionamiento de la memoria es muy habitual en personas de más de 50 años, que a menudo temen que esos problemas de memoria estén asociados a alguna patología.
Esto, no obstante, suele ocurrir raramente, aunque sí es normal observar una disminución en el rendimiento de la memoria con la edad.
La edad no es el único factor que desencadena un deterioro en el rendimiento de la memoria. También contribuyen a ello otros factores, como las circunstancias y determinados acontecimientos, la fatiga, el estrés, la motivación o la emotividad.
¿Cómo memorizar mejor?
En general, para acordarse mejor de las cosas hay que estar atento a lo que se hace, ya sea leer un texto o poner las gafas sobre la cómoda.
En cuanto a las tareas rutinarias, una manera de acordarse de regar las plantas o tomar la medicación, por ejemplo, es hacerlo siempre a la misma hora y asociarlo a un acontecimiento concreto, como un programa de televisión semanal o una de las comidas del día.