8.8.11

Guía de primeros auxilios a bebés y niños

Si te da miedo que a tu hijo le pase algo y no saber ayudarle, lee atentamente nuestras recomendaciones

Maniobras básicas (ABC)
Vias respiratorias 
Si  el niño pierde el sentido, comprueba que respira (oír o sentir su aire en tu mejilla y ver si se mueve el tórax).

Si no respira hay que abrir las vías respiratorias:

- Ponle tumbado en una superficie firme, como el suelo, coloca la mano en su frente y echa suavemente hacia atrás la cabeza; con los dedos, súbele el mentón. De este modo la lengua no queda posicionada hacia atrás y no obstruye el paso del aire.


- Insufla aire. En recién nacidos y lactantes, cubre con tu boca la nariz y la boca del bebé (a partir del año, sólo la boca). Haz dos insuflaciones lentas de 2 segundos y comprueba si se mueve el tórax o hace intentos de respirar o toser. Repite cada 3 segundos hasta lograr 20 insuflaciones por minuto.


B) Posición de seguridad

Si respira, pero está inconsciente, ante la posibilidad de que vomite y lo aspire, colócale en la posición de seguridad. Si en 30 min. no llega ayuda cámbiale de lado.

- Ponle el brazo más cercano a ti en ángulo recto con la palma hacia arriba. El otro brazo llévaselo hacia el mismo lado, dóblale la rodilla más alejada de ti manteniendo la otra pierna estirada. Gírale.

- Asegúrate de que la mano está bajo su mejilla, él de costado y que la pierna le impide estar boca abajo. Cada minuto mira si respira.

C) Masaje cardiaco


Tras iniciar la ventilación, comprueba si tiene signos de vida (si se mueve o traga saliva principalmente). Cuando el soporte respiratorio no da resultado (si deja de respirar más de tres minutos entrará en paro cardiaco) hay que iniciar el masaje:


- Menores de 1 año. Coloca tus manos abrazando su tórax, pon tus pulgares debajo de la línea que une las dos tetillas y comprime con los pulgares. O también: Busca la línea entre las mamillas, deja un dedo de distancia y comprime el esternón con los dedos medio y anular.


- De 1 año a la pubertad. Busca la base del esternón y dos dedos por encima de este punto, comprime con la palma de una sola mano. En estos masajes, la presión debe servir para hundir un tercio de la profundidad del tórax. La frecuencia ha de ser 30 compresiones y 2 ventilaciones a un ritmo de 100 compresiones por minuto. Si estás solo, al minuto de prestar el soporte detente y llama al 112 para pedir ayuda.

Cómo actuar en cada tipo de accidente


Hasta los 6 años los peques no son conscientes del peligro y su curiosidad puede llevarles a tener algún que otro accidente. Lo mejor es que estéis preparados y sepáis reaccionar, para que todo se quede en un susto. A continuación os contamos cómo hay que actuar en: ahogamiento, atragantamiento, electrocución, quemaduras, fracturas, heridas con hemorragia y golpes en la cabeza.

AHOGAMIENTO:


Es prioritario sacar al niño del agua, pero siempre que no exista riesgo para quien presta socorro. Grita, haz que os vean antes de entrar en el agua y si cuentas con algún tipo de flotador, úsalo.

Actúa así:

- Mira si tiene un cuerpo extraño en la boca y sácalo si es fácil de alcanzar, abre las vías respiratorias mientras estéis en el agua (boca arriba, frente hacia atrás).

- Si no respira, en cuanto hagas pie inicia el boca a boca (5 respiraciones).

- Fuera del agua, si el pulso es correcto, sigue insuflando aire (12-20 veces por minuto) hasta que respire. Si no tiene pulso, inicia el masaje cardiaco (30 compresiones, 2 respiraciones). Al minuto, para, llama al teléfono de emergencia y continúa hasta que lleguen.

- Si vuelve a respirar y tiene pulso, ponle en la posición de seguridad. Tendrá frío, sécale y ponle una toalla.

INTOXICACIONES:

La intoxicación más habitual en el hogar es por vía digestiva. Es vital identificar el tóxico para pedir ayuda. Si el niño está consciente y en edad de responder, averigua qué ha tomado, cuánto y cuándo lo ha hecho. Si no responde, inspecciona su entorno (frascos, envases, etc.) y si ha vomitado, mira los restos.

- Comprueba sus signos vitales (respiración y pulso). Si no los tiene, inicia el ABC. Tanto en este caso como si está inconsciente, pero respira, llama a urgencias.

- Si hace relativamente poco que ha hecho la faena, llama al Instituto de Toxicología (91 562 04 20) y ellos te dirán cómo actuar.

Probablemente te recomendarán que le hagasvomitar, si el niño está consciente y ha tomado:

- Medicamentos

- Insecticidas, raticidas o pesticidas

- Perfumes, alcoholes, maquillaje o cremas de belleza.

¡OJO! No le hagas vomitar si sufre pérdida de conocimiento, tiene convulsiones, quemaduras en la boca, ha tomado cáusticos o derivados del petróleo:

- Detergente, lavavajillas, suavizante

- Lejía y limpiadores del baño

- Quitamanchas, antigrasa, amoniaco

- Gasolina, aguarrás, vaselina, aceite mineral, o cualquier producto que contenga ácidos (mira en la etiqueta).

Estos productos queman las mucosas y al vomitar lesionan otra vez. Si en toxicología te lo indican, dale agua o leche a sorbitos para diluir el producto. Después ve al hospital (lleva el envase del tóxico).


ATRAGANTAMIENTO

En los niños menores de un año:

- Ponle boca abajo sobre tu antebrazo (cabeza más baja que el tronco), sujétale la mandíbula, abriéndole la boca, golpea con moderación, 5 veces, con el talón de la mano en la zona media de la espalda.

- Gira al niño boca arriba, sigue con su cabeza más baja que el tronco, haz 5 compresiones torácicas con dos dedos (un poco más bruscas que el masaje cardiaco).

- Mira su boca. Si no ha salido nada, repite los dos pasos otra vez. Si pierde el conocimiento inicia el ABC.

De 1 año a la pubertad

- Sienta al niño o túmbale sobre tus rodillas con la cabeza más baja, golpéale la espalda 5 veces, como en el caso anterior.

- Ponle boca arriba, presiona 5 veces el pecho con el talón de la mano.

- Mira si tiene un cuerpo extraño en la boca y si no da resultado, inicia el golpe abdominal (no indicado para lactantes):

- Sentado sobre tu regazo con la cabeza inclinada hacia adelante, rodéale la cintura con tus brazos, pon contra su cuerpo el puño con el pulgar metido entre los dedos y cubre el puño con la otra mano.

- Coloca ambos, puño y mano, en la parte alta de la tripa y empuja con el nudillo del pulgar hacia adentro y hacia arriba. Hazlo de un modo seco y contundente. Si no sale el objeto, insúflale aire 5 veces y repite todo el proceso con el golpe abdominal hasta 5 veces.

ELECTROCUCIÓN:

El paso de la electricidad por el cuerpo del niño puede haberle causado desde una sacudida, una quemadura (en la zona de entrada o salida de la corriente) a un paro cardiaco. Por eso, toda exposición a la electricidad, por mínima que parezca, debe consultarse con el médico (los órganos internos del niño pueden verse afectados).

Ante una electrocución, es importante la autoprotección de quien presta la ayuda.

- Antes de tocar al niño, desconecta la electricidad de la casa.

- Si hay agua alrededor del herido, aíslate con una caja, con revistas, con una alfombrilla de goma, etc.

- Aparta el objeto que ha producido el accidente con un palo, un periódico enrollado o un zapato de goma. Si no puedes acercarte tanto, utiliza unos guantes de goma y una cuerda para tirar de los pies del herido.

- Si la ropa está ardiendo, ¡OJO! no eches agua, apágala por sofocación con una manta.

Una vez que has apartado al niño de la fuente de electricidad y estáis en ambiente seco, comprueba que respira. Si lo hace, pero está inconsciente, ponle en la posición de seguridad y pide ayuda. Si está en parada respiratoria, inicia el ABC hasta que lleguen los servicios de urgencia y actúa como te hayan dicho.

QUEMADURAS:

En ellas hay que conocer: qué ha causado la lesión (un líquido caliente, un líquido inflamable -no echar agua en este caso- una superficie calorífica, la electricidad, etc...), la edad del afectado, la localización (cara, boca, nariz, cuello, genitales), el grado y la extensión.

Cuando pidas ayuda, ten presentes estos datos, porque te los pedirán en el servicio de urgencia.

- Si hay llamas, apágalas por sofocación: con una manta o un paño no sintético, con arena o haciendo rodar al niño.

- Enfría la lesión con agua (mínimo 15 minutos). El chorro no debe caer en la herida, hazlo mejor por inmersión en el lavabo o en la bañera. Y si no es posible, aplica paños mojados. No presiones ni restriegues la zona lesionada.

- Si hay ropa quemada retírala, salvo que esté pegada a la piel.

- Envuelve la herida en un paño limpio y ve al hospital.

FRACTURAS EN EXTREMIDADES:


Ante una caída o accidente, si sospechas una fractura en una extremidad, observa: falta de movimiento, pérdida de fuerza, hinchazón, dolor intenso, alta sensibilidad al tacto... Es posible que la haya.


Hasta conseguir ayuda médica, actúa así:

- Aplica hielo (envuelto) para reducir el dolor y la inflamación.

- Inmoviliza la extremidad tal y como se encuentre, sin intentar ponerla en su posición original. Si se trata de una fractura abierta no introduzcas el hueso, déjalo como está e inmoviliza. Para ello:

- Utiliza un palo de escoba, una tabla o revistas enrolladas.

- Ata con pañuelos o trozos de sábana por encima y por debajo de donde crees que está la fractura e incluye las articulaciones de arriba y abajo. Sírvete del cuerpo como soporte.

- Si es un dedito, entablíllalo con una lima metálica de uñas o átalo a los otros dedos con gasa. Ve a urgencias.

Golpes en una articulación (con movilidad):


-  Aplica hielo (envuelto en un paño).

- Si hay herida: limpia, aplica un antiséptico y cubre con un pañuelo.

- Ir a urgencias.

HERIDAS SANGRANTES

Un niño que pierde mucha sangre tendrá la cara y los labios pálidos, la piel fría y sudorosa, el pulso rápido, la respiración jadeante y sentirá sed.

Si está inconsciente, comprueba que respira; si no lo hace, inicia el ABC. Si respira, ponle en la posición de seguridad y después céntrate en la lesión.

La actuación va destinada a detener la hemorragia mediante dos mecanismos: la compresión directa y la compresión arterial.



Para la compresión directa:

- Utiliza un pañuelo, una gasa, un trapo o los dedos y presiona sobre la herida durante 15 o 20 minutos, tiempo necesario para que se forme un coágulo. NO levantes el pañuelo para ver cómo va. Si sigue sangrando y desborda el pañuelo, pon otro encima y sigue presionando.

- Si hay algo clavado profundamente en la herida, no lo quites, podría estar cerrando un vaso sanguíneo grande. Acerca los bordes de la herida y presiona directamente en ellos, pon una venda formando un ocho alrededor del objeto, nunca por encima.

Para la compresión arterial:

Se realiza en brazos y piernas. Busca la arteria de la zona (en el brazo, por debajo del bíceps en la cara interna del brazo; en la pierna, en la cara interna del muslo).

Para comprimir hay que levantar el miembro lesionado y presionar la arteria. Salvo que haya algo clavado o que se trate de una fractura abierta en la que sobresale un hueso (el movimiento podría empeorar las cosas), por norma ante una hemorragia, levanta el miembro sangrante por encima del corazón para reducir la pérdida.

Si sangra de la nariz, no le inclines la cabeza hacia atrás. Aprieta la parte blanda de la nariz durante 10 o 15 minutos para formar un coágulo. Suelen ser hemorragias sin importancia, pero si tras 20 minutos no se ha cortado, debes llevarle al médico.

GOLPES EN LA CABEZA


Lo habitual es que sean golpes sin importancia y que tras el impacto aparezca un chichón. No obstante, conviene observar al niño en las 24 horas siguientes.

- Pon hielo en una bolsa de plástico, envuélvelo en un paño y aplícaselo sobre el golpe para disminuir la inflamación y el dolor.

- A la media hora, si el niño está bien puede dormir. Pasada una hora, intenta despertarlo. No hace falta que se levante. Comprueba que se mueve, que te reconoce y que contesta.

Si al sufrir el impacto o un rato después aparece alguno de estos síntomas, debes llevarlo al hospital para su estudio y tratamiento:

- Herida abierta

- Hundimiento del hueso

- Dolor de cabeza intenso

- Hemorragia o líquido claro por oídos o nariz (sin haber recibido el golpe en ellos)

- Hematoma en los ojos

- Pérdida de consciencia

- Amnesia de lo sucedido

- Dilatación de pupilas o un tamaño diferente en una de ellas

- Vómitos (cuando ya ha dejado de llorar)

- Cambio en el ritmo de la respiración

- Confusión, somnolencia fuera de horas de sueño y dificultad para despertarle

Pérdida de equilibrio. Si el golpe es consecuencia de un accidente de tráfico o sospechas fractura craneal, ¡OJO! no le muevas. Háblale para que se mantenga despierto y vigila sus constantes (pulso y respiración) mientras llega la asistencia médica.

(artículo de salud en  msn.es)